Advirtió que otras personas que se hacen pasar por su agrupación si hacen negocio de esto
La Unión Campesina Democrática (UCD) negó el vender placas vehiculares, aclarando que ellos se dedican es a dar documentos de identificación a vehículos de procedencia extranjera, informó Francisco Escobar Osornio, coordinador estatal de la organización en Guanajuato y parte del Comité Nacional relacionado a la regularización de automóviles.
“De todas, como los moles, y no todas son de nosotros, de hecho una de las cuestiones que nosotros estamos demandando es precisamente porque esta persona está falsificando los documentos que nosotros damos, nosotros no damos placas, damos documentos de identificación de los vehículos de procedencia extranjera cuando un compañero se incorpora con nosotros paga una cuota única”; manifestó Francisco Escobar Osornio.
Sobre ello, explicó que cobran alrededor de 800 pesos para la afiliación de su Unión, lo que conlleva también a la entrega de estos documentos, como también reiteró que no hacen negocio con la venta de placas; sin embargo, advirtió que otras personas que se hacen pasar por su agrupación si hacen negocio de esto, mientras que ellos buscan la legalización de vehículos.
“Tener trabajo en las comunidades indígenas, hacíamos un trabajo diferente, hoy la organización en Querétaro quiere retomar un trabajo diferente, no es solo el trabajo de los vehículos, porque no es un negocio, nosotros no tenemos una relación con clientes somos una organización social que busca, en el caso de los vehículos la gente pueda legalizar directamente, no nos interesa andar vendiendo placas”, manifestó.
Entre 400 a 500 vehículos si están registrados por la unión en la entidad queretana; sin embargo, se ha detectado que gente no perteneciente vende dichas placas con fines de lucro. Un ejemplo que dio el coordinador fue que las oficinas de la UCD ubicadas en Lomas de Casa Blanca no pertenecen a ellos y una persona las usa para su beneficio personal. Finalmente, apuntaron que la regularización de automóviles es algo que hacen de buena fe, ya que migrantes cuando regresan al país dejan los automóviles que compraron sin un mal ánimo a diferencia de personas que trafican con este tipo de mercancía.