No puede haber procesos de intervención desde los gobiernos si no hay alguna presión desde el sector privado, señaló el doctor en urbanismo
En años recientes se ha visto la continuidad de un proceso de gentrificación en barrios del Centro Histórico de la ciudad de Querétaro, así como en el del vecino municipio de Corregidora; lo cual ha hecho que se encarezcan los servicios básicos y las rentas, lo que provoca que las personas tengan que mudarse por no poder costear el espacio, y este termina siendo apropiado por personas de mayor poder adquisitivo, explicó Emiliano Duering Cufré, doctor en urbanismo y académico de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Señaló que uno de estos es el barrio de San Francisquito, donde desde hace unos años han observado intentos de intervenir en su comunidad, así como el incremento en las rentas y desabasto de agua.
El concepto de gentrificación tiene que ver con el “aburguesamiento”, un proceso de intervención en los espacios urbanos y con ello cambios de calidad y costos de la tierra, así como de los servicios, afirmó Duering Cufré. Explicó que la gentrificación implica el desplazamiento de la población originaria tras el encarecimiento del costo de vida y el aprovechamiento de población de altos recursos para comprar viviendas a bajos costos; a esto se suma la ocupación de espacios abandonados; no obstante, dijo, todo esto tiene sus variaciones según el caso.
La ‘venta’ turística
Mencionó que en Querétaro en la zona de San Francisquito, El Tepetate, Hércules, La Cruz y en El Pueblito se ha dado un proceso de gentrificación que está relacionado con la promoción turística del espacio, además que recordó que en la actual administración de Luis Bernardo Nava Guerrero, presidente municipal de Querétaro, se promovió el proyecto de Barrios Mágicos para ampliar la oferta turística, pero genera tensión con los habitantes de estos espacios.
“¿Qué impacto tiene la turistificación, que es una de las modalidades de transformación del espacio urbano pensadas sobre todo para un sector de la población? Y no necesariamente todos los sectores, mucho menos la gente que habita los barrios. La turistificación tiene varios efectos. Uno es homogeneizar el comercio; este tiende a ofertar servicios conocidos nacional o internacionalmente”, comentó. Aseveró que las transformaciones siempre serán complejas, así como en el caso de San Francisquito su ubicación en las inmediaciones del Centro Histórico, La Alameda y la Plaza Puerta La Victoria es atractiva para los inversionistas.
Puerta La Victoria al encarecimiento de la vida
En este sentido, Braulio Ayala García, habitante e integrante de la Asamblea de San Francisquito, mencionó que desde hace tiempo su comunidad ha identificado distintos intentos por intervenir y gentrificar, uno de ellos sucedió hace 5 años cuando se inauguró la plaza Puerta La Victoria. “Da un giro completamente turístico en lugar de habitacional. Conocemos una persona que trabaja en el Centro del INAH de Querétaro que hizo una investigación donde encontró que la mitad de la gente que vivía en el centro, en La Cruz, ya no vive ahí (…) Son procesos que tienen más de una década, que han venido transformando el uso del suelo”, señaló.
Indicó que tiene conocidos que vivían en la zona cercana a la plaza que llegaron a registrar un aumento entre el 30 al 40% en el costo de su renta de manera inmediata, pero no dudan que en estos momentos ha aumentado más, además que también desde ese entonces comenzaron a registrar desabasto de agua. De acuerdo con Ayala García, han observado en otros casos que los proyectos culturales es cómo se inician con los procesos de gentrificación, porque son bien recibidos; por lo que ellos consideran que el proyecto Casa BEMA también intervino en el barrio sin que sus propuesta coincida con sus tradiciones, así como no que hay elementos para que las personas se puedan identificar.
También denunció los intentos por la mercantilización de la danza de los concheros. Acusó que se ha propuesta crear un marca de comercialización, así como dijo que la mayoría de las mesas de los concheros estuvieron en contra del nombramiento municipal de la Danza de Concheros como Patrimonio Histórico Cultural. Agregó que al contrario de esta declaratoria, desde hace mucho tiempo buscan que el Barrio de San Francisquito sea reconocido como origen indígena, para que se respeten sus derechos desde la Constitución, pues consideran que aun cuando viven en el centro de la ciudad tienen raíces, tradiciones e identidad que trasciende desde antes de la Conquista.
“Lo que nosotras, nosotros estamos buscando en este reconocimiento por parte del Estado es que nos debería garantizar derechos que sólo los pueblos indígenas tienen y que están asentados en la Constitución, en la ley de pueblos indígenas y en tratados internacionales. Somos una comunidad indígena en un barrio originario que sabemos que nuestras raíces son de antes de los españoles, aunque estamos viviendo en una ciudad cosmopolita y metropolitana; pero el Estado no nos ha reconocido nuestros derechos”, finalizó.
Emiliano Duering concluyó que no puede haber procesos de intervención desde los gobiernos si no hay alguna presión desde el sector privado, así como considera que en Querétaro se va a registrar la misma problemática que se registra con la aplicación de rentas Airbnb en la Ciudad de México: “No lo vamos a ver de manera inmediata, pero cuando hagamos un balance en 20 o 30 años sobre cómo fue la modificación de nuestros espacios urbanos la pregunta va a ser quién decidió sobre este cambio, y ahí nos vamos a dar cuenta que las grandes trasnacionales a veces de manera autoritaria o negligente tienen mucha influencia sobre el espacio local. Los Airbnb tienen muchos beneficios para la población que no tiene ingreso fijo, posibilidad de jubilación, pero se sale de todas las normas de planificación urbana”.