Señaló que las mujeres se enfrentan a tener poco acceso a la propiedad privada y a los bienes materiales, lo que imposibilita la autonomía de las mujeres
La violencia económica de género es una de las modalidades de violencia difícil de reconocerse, debido a que habla de una situación histórica que vive la mujer a partir del sistema sexo-género, en el que se dividen las actividades productivas y reproductivas, sistema en que se determina que las mujeres tienen que hacerse cargo de la parte privada y los hombres de la pública, fenómeno que ha precarizado la vida de las mujeres, explicó la activista y fundadora de la Asociación Queretana de Educación para las Sexualidades Humanas (Aquesex), Alejandra Martínez Galán.
En este tipo de sistema se privilegia que las mujeres no tengan acceso a los medios de producción, más que a los medios de reproducción que no han sido considerados como parte de un trabajo sustancial, explicó. En este contexto, señaló que las mujeres se enfrentan a tener poco acceso a la propiedad privada y a los bienes materiales, lo que imposibilita la autonomía de las mujeres. Estas situaciones derivan en que las mujeres sostengan relaciones desiguales y sean víctimas de violencia económica.
En torno al desarrollo de políticas públicas para mitigar la violencia económica, la activista informó que el año pasado se creó el Sistema Nacional de Cuidados que reconoce las complejidades que viven las mujeres para acceder a un desarrollo profesional, debido a que la mayor parte de cuidados del hogar y de otras personas sigue recayendo sobre las mujeres.
Por ello, a través del sistema se reconoce la disparidad de género e identifica la responsabilidad del Estado de poder crear políticas públicas para el desarrollo de las mujeres. Una de las iniciativas es crear centros para adultos mayores, con la finalidad de que esto no se atribuya a una labor realizada por las mujeres. Otra iniciativa es que se aumente el número de guarderías. Así como que las cámaras empresariales se reconozca la desigualdad laboral y haya mayor equidad en aspectos como las jornadas laborales.