El proyecto Acueducto III ha tenido diversos retrasos en su ejecución, a pesar de que desde el inicio de la administración de Mauricio Kuri se había señalado que en el 2022 se daría inicio con la obra, pero por falta de presupuesto no se ha podido realizar.
Aunque las autoridades estatales anunciaron que podría iniciar la obra en 2024, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que en su sexenio no habrá recursos para este proyecto, por lo que se contempla incluso contratar deuda para su construcción, ya que la inversión es de $8 mil millones de pesos y se esperaba que la inversión fuera bipartita, con recursos estatales y federales. Acueducto III es la solución que la administración de Kuri ha planteado a la escasez de agua en el estado, que no se resolvió con Acueducto II y que, de acuerdo con el vocal Ejecutivo de la Comisión Estatal de Aguas (CEA), Luis Alberto Vega Ricoy, se agudizaría dentro de 5 años.
Recursos
Al respecto el gobernador del estado, Mauricio Kuri señaló que ha considerado contratar deuda pública para este proyecto, así como que se debería de conocer qué cantidad de agua de la presa Zimapán será destinada para la obra, luego de que la decisión de traer agua de esa presa, ubicada en Hidalgo ocasionara un conflicto entre ambas entidades y que ciudadanos de la entidad vecina se manifestaran en contra del proyecto.
«Tendremos grandes retos, el agua, la energía, la obra pública que se necesita, la movilidad, por supuesto, como lo dije desde un principio, no descartamos nada, y estaremos viéndolo en los próximos días; para mi el tema de la energía, aunque no nos corresponde, es un tema federal, es importante meternos, el tema del agua es muy importante, el tema de la movilidad, lo que estamos trabajando todos los días, cualquiera de estos temas, es demasiado los recursos, y estaríamos posiblemente pensando», subrayó Mauricio Kuri.
Kuri González, por su parte, defendió que el conflicto tenía tintes políticos y que el agua de la presa no era de Hidalgo, sino de la nación. Vega Ricoy subrayó que, de no construir el Acueducto III, estaríamos en una situación similar a la vivida en Monterrey a finales del 2022, en donde incluso tuvieron que bombardear las nubes para que lloviera en la entidad.
Vega Ricoy indicó que otro tema de preocupación sería el crecimiento poblacional de la entidad que agravaría aún más la problemática del agua. Cabe señalar que, de acuerdo a las autoridades, la obra tardaría aproximadamente tres años en ser ejecutada, por lo que, de comenzar en 2024, tendría la posibilidad de ser una obra transexenal como sucedió con Acueducto II.
Acueducto II: obsoleto antes de tiempo
Respecto a Acueducto II, la obra iniciada en 2009 y concluida en 2011, se señalaba que dotaría de agua a la entidad por 50 años; sin embargo, tan solo diez años después las autoridades ya señalaban que era necesario una nueva infraestructura para el abastecimiento del agua, ya que Acueducto II está quedando obsoleto y cumplió solo con una quinta parte de la proyección de tiempo de vida útil, tal como lo han señalado especialistas.
Contaminantes, otro obstáculo
Han subrayado que las obras no son una solución viable y sustentable para la escasez, en primer lugar, porque las aguas de la Presa Zimapán podrían estar contaminadas por metales pesados, pesticidas, algas, virus, bacterias y hormonas, de acuerdo con estudios hechos por investigadores de las universidades de Hidalgo y Tamaulipas.
Merma de mantos acuíferos
Además, han recalcado que este tipo de obras de trasvase tienen un impacto ecológico importante, que deterioran los mantos acuíferos existentes que están ya sobreexplotados y en lugar de buscar restaurarlos, ahora buscan traer agua de más lejos.
Impacto social
Aunado a otras consecuencias sociales, ya que llevar agua a un sitio implica quitársela a otro y se traduce en la desarticulación del territorio, así como el acaparamiento del líquido y sus ganancias asociadas, como se ha señalado en los Peritajes Comunitarios de Trasvases en México, en donde participó Bajo Tierra Museo del Agua, justamente analizando los beneficios y daños de Acueducto II y de la posible obra de Acueducto III, indicó Claudia Romero quien es integrante del museo.
«De hecho, desde una perspectiva de manejo integral de cuencas, solo puedes pensar en un trasvase, casi como medida de rescate, como última medida y cuando tienes todo tu modelo ya falló, y necesitas una medida complementaria únicamente cuando todo lo demás ya lo intentaste y falló y de alguna manera eso te va, más o menos, a resolver una parte», manifestó Claudia Romero.
Sin embargo, a pesar de los retrasos, la falta de financiación, que probablemente sería una obra transexenal y que no es recomendada por especialistas, las autoridades no han buscado otras opciones para dar solución a la escasez de agua que se prevé como un problema grave a corto plazo.