Este jueves 8 de febrero cerca de 50 migrantes procedentes de Venezuela, Colombia y Ecuador bajaron del tren y se instalaron en la Estancia del Migrante en Tequisquiapan, quienes relataron sufrir constantes abusos por parte de la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración (INM).
Cabe señalar que dentro del grupo de migrantes también había menores de cinco años de edad, cuya inocencia sólo les permitía seguir a sus padres. Martín Martínez, presidente de la Estancia, reportó hostigamiento hacia ellos por parte de elementos de la fuerza federal desde su llegada, pues trataban de retirarlos, por lo cual se pronunció por su mal actuar y desconocimiento sobre sus derechos.
“Quisiera ser enfático, respecto a las autoridades que, sí hagan su trabajo, pero que no violen sus derechos de los migrantes porque es un derecho migrar. Y los mismos derechos que tenemos los mexicanos los tienen ellos, al trabajo, a la educación, a la salud, es una injustica lo que está haciendo migración y la Guardia Nacional”, afirmó Martín Martínez, presidente de la Estancia del Migrante.
Durante el tiempo que permanecieron en el lugar, elementos de la Policía Municipal de Tequisquiapan, de la Guardia Nacional y el INM se mantuvieron haciendo distintos rondines y vigilando la zona.
Piden empatía y paz
Algunos de ellos, desesperados, cansados del viaje y los abusos de los cuales han sido víctimas durante su trayecto, piden a las autoridades ser más empáticos y no impedir que puedan avanzar hacia la frontera del vecino país, pues lo único que quieren es tener mejores condiciones de vida.
Una de las migrantes, quien proviene de Venezuela y viaja con su hijo de 17 años, narró que tuvo que vender sus propiedades para poder buscar mejores oportunidades para ambos, pero mientras recorrían el país la Guardia Nacional intentó imposibilitar su camino, incluso estuvieron a punto de golpear al joven.
“Al cruzar el río, nos agarra la Guardia, agarran a mi hijo que es menor, y lo iban a golpear, pero cuando yo le grité que el era menor de edad no me lo golpearon, le rompieron toda la ropa que cargaba, después nos intentamos de nuevo regresar, en todos los retenes nos paraban: «Párense por acá, pongan aquí $200 pesos, por cada uno, $300 para que puedan continuar», nos decían. Ya como les dije, ya esto es demasiado”, denunció una migrante de Venezuela.
Discriminación
Por otro lado, Zuleima, quien viaja desde Colombia, revela que al ser una mujer trans y de color, ha sufrido de mucho racismo, siendo México uno de los países más complicados en empatía.
“De todos los continentes que he atravesado hasta ahora, el más difícil ha sido México. En mi caso por ser una chica trans, negra, he recibido mucho racismo, xenofobia. Incluso, un día un agente de Migración me dijo que me fuera para África, le dije «No soy de África, soy colombiana». Y es muy horrible porque créeme que en Colombia es un país super diverso que acepta a todo mundo sin importar su color de piel, su orientación sexual. Que tú llegues a un contexto así, que te traten mal, que hieran tu dignidad, es muy feo sentirse así, acosado también porque un día nos tocó que uno de migración nos estaba correteando, correr con las personas que ando. Hasta ahora lo más duro de verdad ha sido México”, compartió Zuleima, migrante de Colombia.
Por su parte Daniela, proveniente de Venezuela, quien viaja con su familia, frustrada por los abusos y mal trato de los elementos, tan sólo pide que les permitan seguir, pues ellos no le hacen daño a nadie, ni tampoco refiere están cometiendo un delito.
“Lo que ha sucedido, hemos pasado por muchos trayectos en la cual la migración, la Guardia, abusa de nosotros. Cada trayecto que hemos pasado la migración me ha bajado, quitan el dinero, nos quitan las cosas, nos bajan del tren, nos maltratan porque para ellos es un delito que nosotros avancemos, es un delito que nosotros montemos en bus, un delito que nos montemos en combis. El delito lo están haciendo ellos, ayer nos bajaron del tren, humillándonos, gritándonos, diciéndonos de tantas cosas, que nos iban a golpear si no nos bajábamos, ya es la tercera vez que nos regresan”, denunció Daniela, migrante de Venezuela.