Alumnos de la carrera de odontología de la Universidad Cuauhtémoc se manifestaron para denunciar una serie de irregularidades que, aseguran, han afectado su experiencia académica y financiera dentro de la institución.
Entre sus principales quejas, los estudiantes señalaron que han sido objeto de cobros excesivos por diversos conceptos, como colegiaturas, recargos, rentas de lockers y otros servicios. Indicaron que, en algunos casos, se les ha cobrado incluso por aperturas de lockers realizadas sin su consentimiento; lo que ha resultado en la pérdida de materiales, sin que la universidad se haga responsable.
Opacidad
Además, los alumnos expresaron su preocupación por la falta de acceso a las grabaciones de las cámaras de seguridad cuando se reportan robos en salones y clínicas, lo que genera desconfianza y un sentido de inseguridad entre ellos.
Negocio
Uno de los principales motivos de la protesta fue la decisión de la universidad de obligar a los estudiantes a trabajar con un único laboratorio privado para la realización de material odontológico.
Esta medida, anunciada sin previo aviso o consulta con los alumnos, ha resultado en un incremento del 50% en los costos, comparado a cuando tenían la libertad de elegir el laboratorio que mejor se adaptara a sus necesidades, explicó una de las alumnas que prefirió guardar el anonimato.
“El principal problema por el cual estamos en esta situación, es porque nos están obligando a trabajar a todos con un solo laboratorio, porque fue un anuncio que se dio de un día para otro. No se nos comunica nada como estudiantes, no se nos hizo ningún tipo de reunión previa, no se nos preguntó si estamos de acuerdo. Creo que somos la parte principal de esta escuela, al final de cuentas, una colegiatura, el hecho de que haya estudiantes es lo que mantiene una institución, ya sea de este nivel o de unos más abajo. El hecho de trabajar nosotros con un solo laboratorio, somos más de 3 mil personas, no vamos a poder trabajar con un mismo laboratorio, y al mismo tiempo tener todo listo para nuestros pacientes, lo cual, para nosotros, es mucho problema, si nosotros no cumplimos con nuestros requisitos y nuestros tratamientos, estamos en una situación en la que tenemos que recursar la materia, o pagar dinero extra”, denunció una de las alumnas.
Los estudiantes señalaron que esta imposición no solo les afecta económicamente, sino que también complica su capacidad para cumplir con los requisitos de sus tratamientos, ya que deben compartir el uso del laboratorio con más de 3 mil compañeros; lo que provoca retrasos y dificultades en su formación.
Responsiva
A esto se suma la obligación de firmar una responsiva en la que los estudiantes asumen la responsabilidad de su elección de laboratorio; lo que ha generado descontento y desconfianza entre ellos, pues consideran que la universidad no está siendo clara en las posibles consecuencias de esta decisión.
Finalmente, los alumnos lamentaron que, a pesar de ser parte fundamental de la institución, no se les consulte ni se les incluya en las decisiones que afectan su formación y bienestar, lo que ha generado un ambiente de inconformidad y preocupación, así como que tienen preocupación por posibles represalias en contra de los manifestantes por parte de la universidad.