Las niñas y mujeres indígenas en México enfrentan niveles alarmantes de violencia sexual, agravados por factores como la pobreza, la falta de educación y prácticas culturales que normalizan el abuso, afirmó Fernanda Díaz de León, subdirectora de Incidencia de Ipas Latinoamérica y el Caribe.
Muchas menores en comunidades carecen de las herramientas necesarias para reconocer los abusos o negarse a ellos, ya que se les enseña a aceptar ciertas conductas como parte de «usos y costumbres», explicó. En estados como Querétaro, las cifras de violencia contra mujeres superan el promedio nacional, siendo la violencia sexual una de las más prevalentes.
Cultura
Explicó que la normalización de prácticas culturales en las comunidades, como la falta de educación en temas de consentimiento y derechos sexuales, hace que muchas niñas no identifiquen los abusos. A esto se suma la deficiencia en los registros oficiales de violencia sexual infantil y la falta de una respuesta adecuada de las autoridades, a quienes llamó a capacitarse en perspectiva de género.
“De entrada es un problema que ocupa y preocupa a las organizaciones que trabajan por el derecho de las infancias y los derechos de las mujeres. Sí vemos un incremento importante en la violencia sexual que se ejerce contra niñas, sobre todo, indígenas por este tema de la interseccionalidad y los factores de discriminación que estas niñas tienen. Son mujeres, son menores de edad, pero, además son indígenas y muchas de ellas viven en pobreza. Todos estos estos factores de discriminación influyen en todos los aspectos de su vida, pero, principalmente las expone a ser víctimas de violencia sexual”; manifestó Fernanda Díaz de León.
Criminalización
Díaz de León criticó la falta de acción de las autoridades, señalando que se requiere una perspectiva de género para investigar y sancionar los casos de violencia sexual, Asimismo subrayó la importancia de que los medios de comunicación y las autoridades traten estos casos sin revictimizar a las niñas.
A su vez, solicitó una investigación profunda para garantizar justicia en el caso de Esmeralda, niña víctima de violación que fue acusada de homicidio calificado tras sufrir un aborto espontáneo, ya que dijo el caso es una muestra de la realidad que enfrentan y de la falta de protocolos adecuados para poder atender esta problemática, por lo que fue criminalizada y revictimizada en lugar de ser atendida como corresponde.