FOTO: Ángel Rodríguez
Las investigaciones enfocadas en la zona metropolitana ponen en duda la idoneidad, la eficiencia y la calidad de los acueductos para las crisis de agua
La construcción de acueductos no es la opción más eficiente para hacer frente a la escasez de agua de Querétaro, ya que implica un endeudamiento económico y ecológico, además de mandar un mensaje de que no importa cuántos recursos naturales se utilicen, lo que no pone a la humanidad en el piso de realidad de que existen límites ecológicos, advirtió la especialista Claudia Romero de Bajo Tierra Museo del Agua.
Ante la problemática que existe entre Querétaro e Hidalgo, por la presunta inequidad en la distribución del líquido, aunado al avance en el proyecto del Acueducto III, Romero explicó a Presencia Universitaria que las investigaciones enfocadas en la zona metropolitana ponen en duda la idoneidad, la eficiencia y la calidad de los acueductos para las crisis de agua.
Recordó que con el Acueducto II, también se señaló que se cerrarían pozos de agua e incluso se impusieron vedas para restringir su extracción, sin embargo, estas no se han respetado del todo y se han seguido abriendo pozos. Advirtió que traer agua de otro lugar implica garantizar que no existan fugas en el trayecto; no obstante, la media nacional revela que el 40 por ciento del agua se escapa al entrar a las ciudades, lo que genera que las comunidades de origen se queden con poco flujo o privadas de ésta.
A ello, se le suma que la construcción de un acueducto implica el endeudamiento financiero, al ser una obra costosa para su edificación y mantenimiento. Aunque Romero señaló que puede disminuirse el impacto ambiental, esto no significa que el daño no exista: “Aquí es traigamos agua de donde sea, a como dé lugar, a toda costa y eso paliativa, parcial, temporalmente, no soluciona; pero no estamos abordando las causas: la cuenta no tiene suficiente agua para abastecerse, porque está contaminada, está sobre explotada y está acaparada”, declaró.
Entre las problemáticas, añadió que se encuentra la dificultad de las plantas de tratamiento para resolver el problema de la calidad de agua, pues recordó, las cuencas están conectadas y hay zonas que enfrentan problemas de contaminación. Apuntó que también podría generarse una deuda social, que podría generar tensiones con otras comunidades. Finalmente, mencionó que la construcción de acueductos tiene tres impactos: ya que, no pone el acento en las causas del problema del agua; genera la idea de que el recurso es ilimitado y, por último, deja de lado alternativas como la recuperación de presas, el saneamiento de ríos, la captación pluvial, la reutilización o el tratamiento de aguas.