Basados en el comportamiento estable del virus SARS-CoV-2 en Querétaro y en sus principales indicadores como el promedio de casos activos, la positividad y ocupación hospitalaria, el Comité Técnico para la Atención de COVID-19 acordó ampliar la vigencia del Escenario A Modificado en el estado hasta el 9 de enero de 2022, continuando así con las medias implementadas hasta ahora.
Afirmaron que el riesgo se mantiene vigente, y que es vital no caer en un falso sentido de seguridad que promueva la movilidad injustificada; en este sentido, los integrantes del Comité apelaron a la consciencia colectiva de la ciudadanía para mitigar el impacto de la pandemia e impulsar la reactivación económica de la entidad.
Reiteraron la importancia de la prevención durante el periodo vacacional y las festividades de fin de año, pues afirmaron que es la mejor arma para cuidar la salud entre los seres queridos; por lo que mencionaron que es indispensable mantener la guardia alta mediante la aplicación de las medidas no farmacológicas como lo es el lavado frecuente de manos con agua y jabón o el uso de alcohol gel, mantener la sana distancia, usar cubreboca, realizar actividades y/o reuniones en espacios ventilados, así como salir solo por cuestiones necesarias.
Los especialistas exhortaron a la población mayor a 60 años a acudir a los centros de vacunación para recibir el refuerzo de su cuadro de inmunización; del mismo modo, hicieron un llamado a las y a los responsables de adolescentes de 15-17 años para estar atentos a las jornadas de vacunación y adquirir su primera dosis del biológico contra COVID-19.
Asimismo, informaron que existe una estrecha comunicación con los 18 municipios de Querétaro, con quienes se trabaja coordinadamente en estrategias y en la aplicación de las medidas preventivas a fin de sumar acciones que hagan frente a la actual pandemia.
El Comité Técnico para la Atención de COVID-19 expresó su compromiso con las familias queretanas por promover un entorno saludable donde se mitiguen riesgos, por lo cual se mantiene una permanente vigilancia sobre el comportamiento de la enfermedad en el estado, con el objetivo de optar por el escenario epidemiológico que mejor convenga para el desarrollo integral de las y los ciudadanos.