FOTO: Ángel Rodríguez |
La violencia psicológica y física de la que fue víctima Nancy Guadalupe la llevó a buscar ayuda desde el 2016
«No quiero ser una de las mujeres que mueren en este país cada 160 minutos»: Así pidió Nancy Guadalupe ayuda a las autoridades mes y medio antes de ser asesinada el 22 de junio de 2019 afuera de la escuela de su hija por orden de su expareja, en el Barrio de la Magdalena, Tequisquiapan.
El caso originó una serie de recomendaciones emitidas por la Defensoría de Derechos Humanos de Querétaro (DDHQ) para que las autoridades garanticen el cumplimiento del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia; sin embargo, las instituciones señaladas en este municipio no han actuado en consecuencia.
Maricruz Flores, activista por los derechos de las mujeres, destacó que, a más de 18 meses de que la DDHQ publicó la recomendación, que incluye la revisión y mejora de protocolos para la atención a las víctimas de violencia de género en el Instituto Municipal de la Mujer en Tequisquiapan, esta petición no ha sido cumplida.
3 años pidiendo ayuda
La violencia psicológica y física de la que fue víctima Nancy Guadalupe la llevó a buscar ayuda desde el 2016, según consta en el registro de las carpetas de la Defensoría; ninguna de las acciones dictadas por las autoridades estatales y municipales frenaron el hostigamiento y la violencia que la intimidaban a ella, su hija y su madre.
En el expediente de la DDHQ consta que el 11 de abril de 2019, tres hombres armados entraron a la casa de Nancy; ella advirtió la posible participación del padre de su hija en este hecho, sin embargo, la Fiscalía inició la carpeta únicamente por robo a casa habitación y dictó medidas cautelares por 30 días. En la carta que escribió al gobernador 20 días después de este hecho, denunció que «de las medidas cautelares que tengo (…) Sólo una vez he visto una patrulla dando rondines por el fraccionamiento».
Esta junto a otras omisiones, causaron violaciones de los derechos humanos de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, trato digno, y derecho de la mujer a una vida libre de violencia, atribuidas a la Fiscalía General del Estado, el Instituto Queretano de las Mujeres, Instituto Municipal de la Mujer (IMM) en San Juan del Río y el Instituto Municipal de la Mujer (IMM) en Tequisquiapan. Por esto, la DDHQ ordenó la revisión de protocolos para mejorarlos, además de la capacitación al personal del Instituto Municipal de la Mujer en Tequisquiapan, así como el aumento de la plantilla de funcionarios para brindar atención integral a las víctimas de violencia de género.
Maricruz Flores destacó que a la fecha el IMM de Tequisquiapan dispone de tres elementos: que incluyen a la encargada de dar asesorías legales, la encargada de brindar atención psicológica y una auxiliar, en horario restringido, para la atención de las más de 30 mil mujeres que viven en los barrios, colonias y comunidades de Tequisquiapan.
«No hay ningún protocolo, tenemos algunos otros casos, así, de que les dicen, pues no podemos hacer nada de violencia en los fraccionamientos, que no es nada sencillo superarlo contra una mujer, que se une a un grupo y empiezan a subir videos, no hay ningún protocolo aquí», denunció.
Incluso, destacó que ha brindado apoyo a mujeres que deben esperar más de una semana para recibir atención psicológica por casos de acoso y violencia comunitaria.
«Nos encontramos con 10 bardas tapizadas en todo un camino contra una mujer. (Escriben) el nombre completo de la mujer y diciendo «Eres una perra, puta, zorra, robamaridos; tu socia te denuncia». Una (de las bardas) en su mera casa. Estaba consternada», relató.
En este caso de violencia comunitaria, ocurrido en febrero de este año, la titular del IMM rechazó dar acompañamiento para que la víctima acudiera a Fiscalía, por considerar que no tenía pruebas suficientes para iniciar un procedimiento legal, a pesar de que la afectada llevó fotografías de las pintas hechas en la comunidad en la que vive. Finalmente, por la falta de apoyo de las autoridades municipales y estatales, Maricruz Flores y otras activistas del municipio resolvieron pintar las bardas para cubrir las agresiones con información sobre los derechos de las mujeres. Como este, al menos tres casos de acoso han quedado pendientes de recibir el acompañamiento adecuado.