Querétaro, disminuyó su calificación dentro de los aspectos que garantizan la integridad de las personas privadas de la libertad, uno de los cinco rubros evaluados en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2022, realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Aunque en la medición hecha por el organismo de derechos humanos la calificación estatal global mejoró pasando de 7.68 a 8.22 puntos, en el rubro mencionado pasó del parámetro más alto (de 8 a 10 puntos) a una calificación media que oscila entre los 6 y 7.9 puntos.
Dentro de ese mismo rango de calificación se encuentra la evaluación relacionada con la atención a grupos de personas privadas de la libertad con necesidades específicas, especialmente se detectó insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria. El diagnóstico también señala que se presentaron un suicidio y dos huelgas de hambre durante el año pasado en los centros de rehabilitación social del estado.
Solo dos de los cuatro centros penitenciarios de la entidad fueron evaluados: el Centro de Reinserción Social Femenil de San José El Alto y el Centro de Reinserción Social de Jalpan de Serra. En ninguno de los dos se detectó sobrepoblación, ya que el primero cuenta con una capacidad de 249 mujeres y sólo se encuentran 161 internas, mientras que el de Jalpan de Serra tiene una capacidad de 127 internos y tiene solamente 69 presos.
El diagnóstico también señala que se presentaron un suicidio y dos huelgas de hambre durante el año pasado en los CERESOS del estado. Así como que hay ocho posibles factores de conductas de riesgo suicida y se presentaron 20 quejas o peticiones por parte de personas presas a las autoridades de los Centros.