La confrontación en relación a la Ley General en Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación fue promovida desde el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pues nunca hubo la voluntad para incluir las diferentes opiniones ni se escuchó a la comunidad científica en el país, fue una de las reflexiones del conversatorio sobre dicha ley que organizó la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
De acuerdo Mauricio Flores Moreno, investigador en el Centro de Investigaciones en Óptica, se ha tergiversado la crítica, pues sólo se señalaron los riesgos que se identificaron, por lo que las autoridades federales deben de aceptar las diferentes opiniones para conformar la ley que necesita el país.
«En la Ley yo creo que se ha tergiversado esta cuestión, el hecho de que seas critico es porque estas argumentando riesgos y los estas dejando sobre la mesa, no quiere decir que estas en contra de que el sistema de Ciencia y Tecnología sea robusto a nivel nacional, nadie está en contra de que realmente esto baje a las comunidades de investigación y subamos los números, unos números terribles que han dicho», manifestó Mauricio Flores Moreno.
En tanto, Flavia Loarca Piña, secretaria de Investigación y Posgrado de la UAQ, opinó que el Conacyt nunca tomó en cuenta el punto de vista de la comunidad científica y los legisladores hicieron lo que consideraron pertinente. Señaló que se tendrá una Ley con muchos defectos y que, aunque puede tener sus puntos buenos, se debe de reconocer las críticas.
Gabriela Ditrenit, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), detalló que la ley cuenta buenas propuestas, pero la comunidad científica ha identificado algunos que se deben reconsiderar. Uno de los puntos que deberían cambiar, dijo, es que aunque se establece un compromiso social, la ciencia, tecnología e innovación no pueden solicitar el problema de la desigualdad y la pobreza; así mismo, agregó, deben establecer que los derechos deben ser progresivos, además que la calidad y la excelencia de los programas no se deben excluir y tampoco se debería de sacar el fomento al sector productivo y empresarial.
«El que sí tiene que haber promoción del compromiso social, eso es un aspecto muy positivo, pero, también se tiene que promover la calidad y la excelencia, no solo el compromiso social a cualquier costo, tienen que promoverse las evaluaciones de pares, las evaluaciones rigurosas, o sea, tiene que haber criterios de calidad, y excelencia, y entonces, relacionado con este punto, cuando hablamos del crecimiento de la capacidades científicas y que ciencia hay que apoyar, no se puede apoyara solo al investigación que atienda a los grandes problemas nacionales, o locales, tiene que también fomentarse la investigación básica y de frontera basada en la calidad», destacó Gabriela Ditrenit.
Agregó que ha habido propuestas muy concretas de la comunidad, como que en el consejo general del Conacyt se incluya al presidente, secretarios de estados y representantes de las entidades, así como se conforme un órgano consultivo autónomo.
Brenda Balderrama, investigadora de la UNAM, dijo que otra propuesta es la creación de una entidad financiera que cuente con los recursos de Conacyt: recursos público, privados o de otros organismos extranjeros, desde donde se pueda concursar por recursos de manera multianual, pues el sistema que se estableció en la ley solo les permitirá ejercer recursos para proyectos seis meses del año.
Cabe señalar que la Ley de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación fue aprobada tanto por la Cámara de Diputados como por la de Senadores la semana pasada, sin que se cumpliera con el compromiso de 7 parlamentos abiertos para escuchar las diferentes posturas hacia la ley.
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