El costo social de las afectaciones que provocan al medio ambiente es mayor que los beneficios que generan, señaló la ambientalista
Los daños ecológicos reales causados por la extracción de materiales pétreos a cielo abierto en zonas de Cadereyta y Tolimán rebasan a aquellos reportados por los empresarios en las Manifestaciones de Impacto Ambiental para obtener cambios de uso de suelo y permisos para estas actividades, resaltó la ambientalista Pamela Siurob.
Destacó que, en el aspecto técnico, las empresas que han solicitado cambios de uso de suelo para extraer materiales como la cal en estos municipios del semidesierto queretano han cumplido con la entrega de los documentos que solicitan las dependencias federales, estatales y municipales. Sin embargo, la ejecución de estas actividades genera daños acumulados, y estos no son reportados ni monitoreados por las autoridades.
La ambientalista detalló que usualmente el grado de afectación ecológica incrementa por el uso de vehículos pesados que operan en condiciones que no son óptimas y arrojan gases contaminantes, además de la volatilidad de los propios materiales extraídos.
Ejemplo de esto es la afectación causada a colonias de vegetación en Vizarrón, Cadereyta, que han sido cubiertas con cal y esta dificulta la asimilación de nutrientes para las plantas, así como la absorción que estas especies hacen del dióxido de carbono.
«Generalmente todos estos empresarios cumplen con los debidos trámites ante Semarnat. Presentan una Manifestación de Impacto Ambiental, contratan un consultor; el cual, si bien no miente en la manifestación de impacto ambiental, lo que no se contempla, y nosotros hemos revisado varias manifestaciones, son los impactos ambientales acumulados. Generalmente en todas estas empresas de las que se habla de un cambio de uso de suelo para extracción de minerales, se habla de materiales. Tu vas allá a Cadereyta, donde es extracción a cielo abierto; y ahí es: Quitan todo, toda la cubierta vegetal, y no tienen la precaución suficiente como para el rescate de toda la vegetación que existe; sobre todo de cuidar y proteger. Toman algunas, cierto número, que es el que le aprueba Semarnat, y las demás son demolidas en el desmonte», señaló la ambientalista.
Pamela Siurob destacó que, si bien estas empresas son parte de las fuentes de empleo para las comunidades de la región, el costo social de las afectaciones que provocan al medio ambiente es mayor que los beneficios que generan por empleabilidad para la población.