“Ya nos hemos enfrentado a proyectos disfrazados de progreso que terminan explotando el recurso de los ciudadanos” señaló la presidenta municipal de Cadereyta de Montes, Astrid Ortega Vázquez, sobre la reciente presentación del proyecto hídrico de El Batán, cuestionado que el estado no consultó a la ciudadanía sobre la realización de un proyecto de esta magnitud.
Ayer inició en la Legislatura del Estado el análisis del proyecto, enfatizando que no hay claridad sobre el futuro del dictamen. Señaló que, si bien le parece positivo que el agua llegue a todos los rincones del estado, no pueden quedarse callados ante la implementación de un proyecto tan grande sin información sobre cuándo, cómo ni por dónde se ejecutará.
Ortega Vázquez cuestionó si realmente se le preguntó a la ciudadanía involucrada sobre este proyecto. “En Cadereyta, nadie nos consultó”, afirmó. Agregó que algunos argumentarán que, si el proyecto no pasa por su municipio, no tienen por qué ser tomados en cuenta. Sin embargo, destacó que eso solo sería válido si el proyecto no afecta el territorio ni implica un gasto para su población. “Si lo tenemos que pagar, lo más lógico es que se nos consulte previamente”, puntualizó.
Antecedentes
Ortega Vázquez recordó que este tipo de situaciones no son nuevas en Querétaro, donde la población ya ha enfrentado obras que, bajo la promesa del progreso, terminan explotando los recursos locales en beneficio de unos cuantos. Criticó que, históricamente, los municipios con mayor rezago social, como Cadereyta, son los que aportan el agua, la tierra y el riego, pero no reciben beneficios a cambio. Por el contrario, muchas veces son endeudados, mientras los beneficios se concentran en zonas más favorecidas. Puso como ejemplo la obra de Paseo 5 de Febrero, que benefició principalmente a la capital del estado, pero dejó una deuda que pagarán todos los queretanos durante años.
Estudios: supuestos
Ortega también señaló que hasta el momento no se ha informado si el proyecto contempla alternativas como la captación de agua de lluvia, la cosecha de neblina, el tratamiento de aguas residuales o el desarrollo de nuevas fuentes hídricas. Lamentó la falta de datos técnicos claros y cuestionó: “Si ya existen permisos y estudios, como dicen, ¿por qué no hacerlos públicos? ¿Acaso hay algo que esconder?”.
Finalmente, fue contundente al afirmar que no permitirán más saqueos disfrazados de desarrollo. “Queremos agua para todos, pero también exigimos respeto, justicia hídrica y decisiones con transparencia”, concluyó.