‘Mi miedo el día de ayer era que no viniera gente, mi miedo en este momento es que alcance la comida para todas las personas que estamos recibiendo’”, comentó Diana Osornio.
La realización del “Festival de la Gordita y la Dobladita” este 20 de marzo en El Carrizo, en San Juan del Río, superó las expectativas de los habitantes de la comunidad, indicó la subdelegada Diana Osornio, pues esperaban alrededor de 1 mil asistentes y llegaron casi a 3 mil personas; lo cual les dejará una derrama económica importante pues, lograron que los participantes terminaran con todo su producto.
“Pues todo muy bien, estamos recibiendo más gente de la que esperábamos, creo que nuestras expectativas se quedaron cortas, agradecemos a todos los medios que difundieron, a la gente que se dio a la tarea de compartir el evento, y creo que este es un evento familiar, esperemos que todo marche como hasta ahorita, tenemos nuestras medidas sanitarias correspondientes y creo que ha roto nuestras expectativas, ahorita es la primera impresión que tenemos. Hoy las personas que están vendiendo están muy emocionadas, al principio se mostraron un poco nerviosas, con miedos: ‘Voy y me pongo y qué tal si no vendo’. Hoy creo que me acerqué a los puestos y me dicen: ‘Ya terminé, ya solamente tengo algunas cosas’. Y les decía: ‘Mi miedo el día de ayer era que no viniera gente, mi miedo en este momento es que alcance la comida para todas las personas que estamos recibiendo’”, comentó.
Tras el resultado positivo de este evento, la subdelegada mencionó que esto los motiva para seguir llevándolo a cabo y buscar un espacio más amplio debido a que no pensaron que hubiera tal magnitud de asistencia. Además, indicó que la finalidad de este festival no sólo era el dar a conocer parte de la gastronomía que se ofrece en El Carrizo sino además de reactivar la economía de las 11 familias participantes también pudieran conocerlos, pues cada uno ellos pusieron a la vista su número telefónico para contrataciones posteriores.
Así mismo, es importante mencionar que cada una de sus casas de los comerciantes participantes fueron pintadas de color amarillo con rosa en la parte de arriba y se les colocó una placa distintiva con la intención de que al momento de visitar la comunidad cualquier otro día puedan identificarlas y consumirles sus productos.