• 18 de abril de 2025 8:42 PM

Hay más de 120 puntos de contaminación en tres ríos de Querétaro

PorSirse Rosas

Abr 16, 2025

📸 Foto: Ruth Soto

En Querétaro se han identificado más de 120 descargas contaminantes sobre los tres principales ríos de la cuenca del Río Querétaro, sin que las autoridades federales y estatales ejerzan sanciones efectivas, reveló el informe “Deterioro Silencioso, aproximación a la relación agua, contaminación y salud”, realizado por el Museo del Agua.

 

Millones invisibles

El informe detalla que a pesar de que se han destinado más de $753 millones de pesos entre 2011 y 2021 y otros $1 mil millones de pesos en 2023 a obras de saneamiento, los resultados no son visibles en la calidad del agua.

Los acuíferos, ríos y presas de la Zona Metropolitana de Querétaro (ZMQ) muestran diversos niveles de alteración por contaminación, muchos de los cuales se consideran altamente contaminados y por lo tanto no aptos para el consumo humano.

Además, destaca que el Río Querétaro, históricamente vital para el desarrollo de la región, hoy se ha convertido en un símbolo del deterioro ambiental y la falta de respuesta efectiva ante la contaminación del agua, por lo que alerta sobre la grave situación ecológica y sanitaria provocada por el mal manejo del recurso hídrico en el estado.

 

Mapeo de aguas

El equipo interdisciplinario de Museo del Agua realizó el mapeo ciudadano a través de los distintos cuerpos de agua en Querétaro. En el caso del Río Pueblito, señala que la salud de este río se ha deteriorado en las últimas décadas por la deforestación, la alteración de su cauce, la urbanización y la contaminación por incremento en la descarga de aguas residuales. Aunque destaca que a través del “Proyecto de Saneamiento del Río El Pueblito” se logró recuperar la calidad del agua dentro de los parámetros establecidos en la NOM-001-SEMARNAT-2021, así como la reforestación de la vegetación ribereña de un tramo de 13.5 kilómetros que permitió la recuperación de poblaciones de fauna, entre ellas, la tortuga casquito y el cangrejo de barranca.

 

Drenaje al río

En el Río El Arenal, señala que a lo largo de su trayecto (7 mil 250 metros), recibe descargas de residuos pecuarios de la parte alta, drenajes de zonas habitacionales en la parte media por Jurica y Juriquilla, así como químicos de complejos industriales en la delegación Felipe Carrillo Puerto.

Las alteraciones e impactos de contaminación más fuertes al Arenal se relacionan con el crecimiento urbano y la expansión industrial de mediados del siglo XX. La creación del Parque Industrial Benito Juárez, también conocido como Acceso II, para el cual el Estado expropió el ejido El Salitre en la década de 1970, impactó drásticamente al río, convirtiéndolo en un cauce receptor de desechos industriales.

 

Riesgo ambiental

En menos de quince años, a partir del 2000, la presa del Cajón y el Río El Arenal se convirtieron en zonas de riesgo ambiental y sanitario para más de ocho mil habitantes de Jurica, pese a las denuncias de ciudadanas. En colaboración con la CONAGUA han documentado e identificado más de 30 descargas ilegales de aguas residuales en el Río El Arenal y el Río Jurica, las cuales también han sido denunciadas ante la CEA.

El Río Querétaro hasta mediados del siglo XX, el Río Querétaro, antes llamado Río Blanco, fue la principal fuente de agua potable para la ciudad, sostén para la agricultura, además de un centro de actividades sociales, como baños y paseos en lancha.

 

Origen de los Arcos

Su contaminación fue la primera causa de escasez de agua potable y el factor que detonó la construcción del viejo Acueducto en la ciudad virreinal de finales del siglo XVII, en respuesta a las crisis de salud provocadas por las epidemias derivadas de la exposición de residuos de obrajes textiles y corrales.

Ante esta crisis, en 2021 se presentó un ambicioso “Proyecto de Saneamiento Alternativo del Río Querétaro fuera de la red de drenaje”, que busca recuperar 80 km de río en 20 tramos, abarcando los municipios de Querétaro, Corregidora y El Marqués.  Este proyecto plantea una intervención biotecnológica directa al cauce, sin pasar por los sistemas tradicionales de tratamiento, aunque su efectividad aún está en evaluación.

El informe hace un llamado urgente a replantear la gestión del agua en el estado, priorizando el monitoreo comunitario, la rendición de cuentas, y una visión de salud planetaria que reconozca la interdependencia entre los ecosistemas y la salud humana.