Los trabajadores de la empresa ICA que construyen la obra Paseo 5 de Febrero en la capital de Querétaro denunciaron malas condiciones laborales; entre las que destacaron su hacinamiento en los campamentos para pasar la noche, plagas de chinches y falta de agua tanto para consumo como para higiene.
Campamentos sardina
Los trabajadores, que pidieron anonimato por posibles represalias en su contra, comentaron que cuentan con tres campamentos para pernoctar cerca de la obra. En el ubicado en Epigmenio González hay capacidad para 150 trabajadores, pero duermen más de 230 personas, mientras que el ubicado en la zona de la colonia Obrera, donde hay capacidad para 50 trabajadores, viven más de 80; y en el campamento de Tlacote, diseñado para 50, hay también más de 80 personas. Cuando llegan nuevos trabajadores no hay colchones ni camas para recibirlos, señalaron.
Asimismo, han tenido plaga de chinches no han resuelto el problema pese a que ya se ha fumigado. Los trabajadores esperan que al menos puedan fumigar una vez más, además es recurrente la falta de agua potable para beber y agua caliente para bañarse, sobre todo los fines de semana.
«De hecho hay más gente, hasta yo mismo jale unos compas que ya habían estado aquí conmigo para darles un espacio porque era tenerles un espacio allá en la obrera ahí parados, yo se que a veces no contaba con presupuesto para conseguirles unas camas, yo y mis compas me jale unos allá en el campamento, ahí en Epigmenio, ese fue un punto, ya les conseguí unas camas, ya están ahí acomodados, el otro detalle, de anticipo, primero, no hay agua de garrafón desde antier, muchos optamos por apartar, pero a muchos se nos acaba y ayer aquí en la bodega de Zaragoza tampoco hay agua»; denunció uno de los trabajadores de la obra.
Coerción y pagos
Así mismo, denunciaron que han tenido que completar jornadas laborales extensas y, pese a ello, no les han pagado horas extras y días feriados. El último fue el 16 de septiembre, cuando, acusaron, se les amenazó con no darles su salario completo si no iban a cubrir este día de descanso obligatorio. Pese a ir, afirmaron, no se les pagó lo correspondiente por ley, que debió ser el doble de su salario por día.
Menos tiempo, más horas
Indicaron que debido a su planeación de entrega de obra es que les han forzado a trabajar en formatos más duros de trabajo y con jornadas más largas; lo que no les ha permitido a los foráneos ir a sus lugares de origen en meses. Además esto ha ocasionado que los trabajadores renuncien constantemente y que incluso quieran manifestarse afuera de las oficinas administrativas de la empresa para que les den una solución lo más pronto posible.