La jueza encargada del caso de Valentina emitió un fallo condenatorio contra Luis Fernando N por el delito de homicidio calificado y no fue reclasificado como feminicidio, pese a que se acreditaron elementos como la relación previa entre la víctima y el agresor, así como la violencia con la que se cometió el crimen; lo cual generó inconformidad entre familiares de la víctima y colectivas feministas.
Daniela Vázquez, madre de Valentina, expresó que el resultado le dejó una sensación «agridulce»; ya que, si bien se logró un fallo que declara culpable al responsable, el hecho de no haber tipificado el crimen como feminicidio limita el reconocimiento pleno de la violencia de género que, consideró, estuvo presente en el caso. Además, dijo de cualquier forma la palabra «justicia» queda chica, ya que nada, ni la reclasificación, le devolverá a su hija.
La Fiscalía justificó que no pidió la reclasificación debido a la falta de pruebas contundentes; por lo que decidió no arriesgar el proceso, señaló. Se prevé que la sentencia se anuncie este jueves 15 de mayo y la familia solicitará que se imponga la pena máxima, que podría alcanzar hasta 50 años de prisión, aunque no descartan apelar, dependiendo del resultado.
«Es una sensación agridulce, porque sí es culpable, ya podemos decir Luis Fernando García González mató a Valentina, ya es culpable, no fue por feminicidio, aunque todos sabemos que fue un feminicidio, su carpeta está por homicidio calificado, pues se le va juzgar», destacó Daniela Vázquez.
Mero discurso
Por su parte, Diana Chávez de la colectiva Feminismo para Todas MX, señaló que existían condiciones para juzgar el caso como feminicidio, ya que Valentina era menor de edad, mantenía una relación con el agresor y fue asesinada en su propio domicilio. Por lo que dijo que no reclasificar es síntoma de un patrón institucional de invisibilización de la violencia contra las mujeres en el estado. Finalmente, aseguró Valentina fue doblemente vulnerada por ser mujer y menor de edad; por lo que la justicia con perspectiva de género que presumen las autoridades queda solo en el discurso.