La especie Echinocereus schmollii, popularmente conocida como “cola de borrego” o “viejito” por su particular forma, es una especie de cactácea endémica del municipio de Cadereyta de Montes, y actualmente se encuentra en peligro de extinción (P), de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010. Actualmente existen 13 poblaciones pequeñas en el municipio.
De acuerdo con datos del artículo científico “Echinocereus schmollii: un símbolo cadereytense que se niega a desaparecer”, publicado en 2024 por el Jardín Botánico Regional de Cadereyta, esta especie presenta una distribución geográfica sumamente restringida, creciendo exclusivamente en zonas de matorral micrófilo. Su hábitat requiere condiciones muy específicas para permitir su desarrollo, lo cual representa una de las principales limitantes para su supervivencia.
Entre las amenazas más relevantes que enfrenta esta cactácea están sus propias características biológicas y la intervención humana. Por un lado, sus poblaciones naturales son pequeñas y están aisladas, lo que reduce su capacidad reproductiva: solo un porcentaje muy bajo de los ejemplares es fértil, y la producción de flores es limitada.
Por otro lado, la actividad humana representa un riesgo constante: la fragmentación y destrucción del hábitat. Otro factor a considerar es el pisoteo y su uso como forraje ponen en riesgo su viabilidad a largo plazo.
Además de su inclusión en la norma mexicana, la especie Echinocereus schmollii también está catalogada como especie “En Peligro” (EN) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y figura en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), lo que prohíbe su comercio internacional sin permisos especiales.
Como parte de las estrategias para su conservación, se señala la importancia de limitar el comercio ilegal y evitar la posesión de ejemplares cuya legal procedencia no se pueda acreditar.
Según el artículo, la Estrategia Mexicana de Conservación Vegetal plantea reforzar los mecanismos de conservación tanto in situ (en su hábitat natural) como ex situ (en viveros y jardines botánicos).
En este sentido, el Jardín Botánico Regional de Cadereyta desempeña un papel fundamental en la reproducción y propagación de esta especie a través de viveros registrados como Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), reconocidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). A través de ellos, se busca evitar que esta emblemática especie cadereytense desaparezca definitivamente de su entorno natural.