No se puede abordar la violencia en las escuelas como un fenómeno aislado, ya que las comunidades del estado ya viven en contextos violentos y de pobreza, al igual que en Miranda, donde falleció un menor debido a un impacto de arma de fuego, consideró Guillermo San Román, coordinador del Laboratorio Universitario de Seguridad Ciudadana (LUCS).
Indicó que presencia de armas hechizas en la escuela se vincula directamente con la demanda de armas en la zona; la cual ha tenido incremento de delitos como lesiones, narcotráfico y narcomenudeo con más de 400 carpetas de investigación abiertas el año pasado un récord que no se puede ignorar.
Indicó que es un hecho la presencia de armas en Miranda, debido a la inseguridad, la pobreza y el total abandono en que se encuentra esta comunidad de El Marqués, así como el extremo machismo donde las armas suelen darle un valor mayúsculo a las personas que las portan.
Subrayó que ante este contexto es absurdo considerar que el “Operativo Mochila” sea la solución o que se les responsabilice al 100% a los padres de familia, por el contrario, se debe de optar por un enfoque más integral.
“La solución no es el operativo mochila, algo de lo que llevas normalmente no pudiera ser utilizado como arma, sino mas bien en un mayor cuidado de los niños, pero, sobre todo, una mayor vigilancia de las interacciones, y qué tipo de interacciones se está promoviendo entre los muchachos y que hacemos nosotros al respecto, que sea normal o que a un niño le parezca buena idea, llevar un arma a la escuela, independientemente de la intención que tuviera a lo mejor solo la quería mostrar, indica todo el ambiente de lo que son sus interacciones de cómo es una convivencia marcada por la violencia, donde un arma es incluso algo cool tiene más que ver con cuidar estas interacciones que con una vigilancia tipo policial ”, planteó Guillermo San Román.
Indicó que el llamado operativo mochila es violatorio de los Derechos Humanos, por lo que las autoridades tienen que reconocer que lo sucedido en la escuela es “la punta del iceberg” de la problemática que vive la comunidad.
La atención integral señaló incluye un mayor cuidado de los niños, vigilancia de las interacciones y atención a la salud mental en las escuelas. Así mismo, subrayó que aunque esta vigilancia de las interacciones deben hacerlas los profesores, el Estado en mejorar las condiciones de trabajo de los maestros y abordar las carencias en las escuelas, especialmente en entornos rurales.